Mi poema nace sobre la base de sensaciones internas y deseos que voy sintiendo. Con los días se van acumulando estas sensaciones, y yo las miro día a día. Les pregunto. Les hablo. Les doy forma. Luego los observo, y me doy cuenta que no me reflejan exactamente lo que sentí, entonces vuelvo y vuelvo sobre ellos, como al pan, a darles forma una y otra vez, hasta que de una vez me pongo a escribirlos. Muchas veces los dejo a medias porque no logro atraparlos o se les acabo la llama, que fue absorvida por otro más sólido y formado o simplemente más sentido.
Siento que escribir es la única forma que tiene el alma de revivir un momento. Es como retratarlo para siempre, y es la única forma de compartirlo con los más distantes en espacio y tiempo, porque de otra forma, no podría llegar a otros con tanto detalle y color cuando estos momentos se hayan congelado en el recuerdo pasado de mi mente, tampoco podrían revivir en otros corazones cuando mi boca no esté aqui para contarlos.